Tuesday, March 14, 2006

El idioma del agua

Publicado el 14 de marzo en El Sur

Hace poco, en una entrevista, el nuevo ministro de Hacienda, Andrés Velasco, dijo que el modelo económico ha funcionado bien y que cuenta con el apoyo de la mayoría de la población. Es una observación probablemente correcta, pero por una misteriosa razón que no sé verbalizar me resulta incómoda y tal vez excesivamente rotunda, sobre todo en este momento exultante en que el nuevo gobierno ya se ha instalado en La Moneda y el espíritu colectivo se hincha de esperanza e ilusión.

La aceptación mayoritaria del modelo económico presenta, como hipótesis, incluso como mero enunciado, varias zonas problemáticas y ambiguas. ¿Qué es lo que aceptan mayoritariamente los chilenos? ¿Una idea abstracta, idílica, de la economía social de mercado? ¿Un modo de producción, una realidad financiera, patrimonial? Difícil saberlo. Se me ocurre que ha de circular, en los confusos fueros internos de esas masas audiovisuales que no entienden lo que leen, una idea imprecisa, rudimentaria, del modelo, algo vagamente relacionado con la preeminencia de las empresas, sobre todo las grandes, en la producción de la riqueza, el nivel del empleo y los destinos del país.

Las nociones borrosas, inacabadas, dan para mucho; aguantan más que el papel. El modelo implementado en países con tan alto estándar de vida -y tan admirados por el gobierno saliente- como Finlandia y Nueva Zelanda, ¿tendrá algo que ver con el nuestro? Después de todo ¿no es finlandesa Nokia, esa gran empresa que conquistó el mundo, y no se filmó en Nueva Zelanda la saga “El señor de los Anillos”? Aquí entramos en un terreno pantanoso.

Pese a todo, sigo creyendo que la afirmación del ministro Velasco es, en lo fundamental, correcta. De manera tentativa, confusa e incompleta, la mayoría de la población apoya el modelo. Lo apoya sin saber muy bien qué apoya. Intuye, eso sí, que los beneficios del sistema tal vez no están llegando a todos los que debieran. Esta última intuición, brumosa, pre-verbal, pero intensa, y la convicción de que urge hacer algunas correcciones y que tal vez por primera vez en muchos años la justicia social puede ser algo real y tangible y no mera retórica, todo esto animó e hizo tan especial y emotivo el cambio de mando, los discursos y las ceremonias siguientes.

Los festejos han tenido una fuerte carga simbólica, y los símbolos y signos que han desfilado frente a nosotros plantean, creo, más de una paradoja. Por ejemplo, en el acto “Canta América Canta” artistas de izquierda (algunos de la vieja izquierda) hicieron las delicias de un público que, como ya hemos visto, apoya el modelo y que sin embargo pifió sin misericordia a Myriam Hernández, que es hija del modelo y que alguna vez trabajó por Lavín.

Cabe preguntarse si la cultura de la izquierda (sus expresiones artísticas, sobre todo), disociada ya de su correlato económico y social, no es más que una letanía vacía y nostálgica de algo que fue olvidado hace mucho y cuyas claves se perdieron, como “el idioma del agua” (Canto General).

Luis Alberto Maira

3 Comments:

At Friday, 24 March, 2006, Blogger Unknown said...

Me quedo con dos grandes temas. El primero, la aprobación o rechazo de las grandes mayorías hacia modelos -en este caso el económico- sobre los que marcha la vida social; aprobación o rechazo que casi siempre -y estoy de acuerdo contigo en esto- descansa en una intuición ambigua, poco clara, pero raramente intensa en algunas oportunidades, como los actos simbólicos de celebración. Aquí se mezclan dos cosas: las sensaciones que nos generan determinadas personas (simpatía por Lagos, Bachelet, etc) por su solo carisma, y lo que, por otra parte, ellos digan. Un ejemplo. Supongo que a estas alturas, grandes íconos de la cultura humorística criolla como Alvaro Salas o Coco Legrand, pueden decir lo que se les antoje y será divertido. El mismo Ruperto, que no sé que cresta tiene de gracioso, genera un fenómeno donde se nubla la capacidad de discrinar si la huevá es graciosa o no, todos se ríen porque si.

En ese sentido, no sé si es distinto que la mayoría de la población aprueba el modelo económico a que la mayoría de la población cierta simpatía por el gobierno saliente y entrante. Creo que debemos ejercitar duramente nuestra capacidad de separar temas, opiniones, criterios. Así, quizás, sólo quizás, la democracia se sostendrá sobre juicios públicos algo más consistentes, por lo tanto, la democracia será más democrática.

El otro gran tema me parece que es el de las expresiones artísticas de la izquierda y su identificación con un modelo económico determinado, etc. Pero ya me he extendido suficiente, en otra ocasión conversaremos sobre ello.

Te felicito por tu blog,
Un abrazo

Andrés

 
At Friday, 24 March, 2006, Blogger Unknown said...

Fe de erratas:

-Donde dice:"nubla la capacidad de discrinar" debe decir "nubla la capacidad de discriminar".

-Y donde dice: "que la mayoría de la población aprueba el modelo económico a que la mayoría de la población cierta simpatía" debe decir "que la mayoría de la población apruebe el modelo económico a que la mayoría de la población sienta cierta simpatía..."

Eso,
Esto del verano deja muchas neuronas en reposo.

Andrés.

 
At Monday, 05 February, 2007, Anonymous Anonymous said...

Keep up the good work »

 

Post a Comment

<< Home